El Ricinus, la planta de ricino, es una planta de extraordinaria belleza que, como todas las cosas más hermosas, oculta un alma oculta y fatal. Esta maravillosa planta ornamental, llena de colores variados y frutos atractivos, capaz de florecer durante todo el año, fue utilizada por Lucrecia para decorar sus jardines, que actuaban sobre todo como refugios secretos para su temible veneno, magistralmente escondido en las semillas de sus frutos atractivos. La belleza fatal de la planta fue una inspiración para los planes secretos de Lucrecia, quien amaba especialmente este poderoso veneno porque no dejaba salida para sus víctimas. Incluso hoy en día no se ha encontrado un antídoto efectivo para este veneno, al igual que no hay defensa efectiva contra la fuerza persuasiva de esta preciosa fragancia que se abre con las notas frutales dulces y amargas de la enérgica bergamota siciliana y la naranja, con la dulzura del melocotón y la ciruela roja. Las notas de cabeza resuenan poderosamente, bailando dulcemente sobre un corazón de flores opulentas, en el que emerge el precioso Jazmín abrazado con Iris blanco y Peonía castigada por el baile onírico de la flor de naranjo. Toda la creación está fuertemente apoyada por preciosas maderas exóticas, donde se destacan el eco de Pachulí y el Oud camboyano, expertamente suavizado por la delicadeza del Sándalo y la frescura del Musgo de Roble. La poción narcótica está entre las más mortales de la colección, encerrada en una creación preciosa que no dejará escapatoria para aquellos que la huelan y deseen seducir.